LA COLUMNA DEL DÍA | ¿Dónde están?
Creado el Jueves, 5 de Septiembre del 2019 10:26:41 am | Modificado el 06/10/2021 01:34:36 pm

Santiago Antezana Cueto, estudiante, desaparecido desde el 7 de mayo de 1984. Néstor Rojas Medina, locutor de radio y estudiante de periodismo, desaparecido desde el 26 de enero de 1991. Teresa Díaz Aparicio, estudiante universitaria, desaparecida desde el 19 de agosto de 1992. Wilfredo Terrones Silva, abogado, desaparecido desde el 26 de agosto de 1992. Cory Clodolia Tenicela Tello, estudiante, desaparecida desde el 2 de octubre de 1992…
Esos son los nombres de cinco peruanas y peruanos que desaparecieron durante el conflicto armado interno. Hace menos de un año, exactamente el 30 de octubre de 2018, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado peruano por la desaparición forzada de estas cinco personas.
En nuestra América Latina y el Caribe hay centenares de miles de personas desaparecidas por los conflictos armados internos. En Colombia se estima que más de 80 mil personas han desaparecido; en Guatemala, la cifra asciende a 45 mil; en Perú, a más de 20 mil. Las dictaduras militares de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay también dejaron miles de personas desaparecidas. Pero las desapariciones forzadas no se quedaron en las décadas pasadas. Hoy en día, muchas personas siguen desapareciendo en América Latina. En México, más de 40 mil personas fueron reportadas desaparecidas entre 2006 y 2019, y en Brasil se registraron más de 80 mil casos solo en 2017.
Estas cifras pueden parecer solo números fríos; sin embargo, se trata de vidas, de personas que dejaron historias, pero sobre todo dejaron detrás a quienes no se cansan de peguntar: “¿Dónde están?”. Recuerdo los rostros de las mujeres quechuahablantes peruanas que decían a la Comisión de la Verdad: “Solo queremos que nos digan dónde están, dónde están los cuerpos, dónde está mi hijo, dónde está mi hermana… No puedo llorarla porque no sé si está viva o muerta”. En la provincia del Santa vimos durante largos 19 años la angustia de los familiares de los nueve campesinos desaparecidos. No se trata de números, se trata de seres humanos.
Por esa razón, cada 30 de agosto a nivel mundial se recuerda el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas: es un día dedicado a llamar la atención de los Estados para que las desapariciones no queden en la impunidad. Las familias necesitan saber qué pasó con su familiar desaparecido, sufren la falta de apoyo institucional en su búsqueda, padecen discriminación y olvido por parte de la sociedad, su salud mental -tras años de espera y entrega a la búsqueda- se ve afectada y no reciben el apoyo que necesitan. Ante ello, el Estado tiene la responsabilidad de prevenir las desapariciones y responder a las necesidades de las familias de los desaparecidos.
A muchos de nosotros nos puede parecer un cuento de terror o una novela policiaca pensar en las historias de las personas desaparecidas, pero la realidad es que si las seguimos viendo así de lejanas y “normales”, estamos aceptando que en nuestra sociedad se desaparezca a las personas y no pase nada; pero más reprochable aún, estamos permitiendo que el Estado, creado para proteger nuestros derechos, sea quien cometa este delito o sea cómplice de él. La pregunta ¿dónde están? continúa sin respuesta y pide una posición de nuestra parte.
* Rocío Huamancondor Paz, abogada, con maestría en investigación y análisis de políticas públicas, coordinadora de redes de la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular – ALER.
Foto: https://www.telesurtv.net
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