LA COLUMNA DEL DÍA | Del sombrero a la gorrita
Creado el Lunes, 6 de Diciembre del 2021 10:27:21 am
El gobierno de Pedro Castillo hace agua y todo hace indicar que estamos a punto de padecer una nueva crisis política de resultado impredecible, debido a las extrañas y sospechosas actividades del entorno presidencial y hasta del propio presidente, que están impulsando seriamente el pedido de vacancia presidencial de la congresista Chirinos.
Es lamentable que luego de quedar atónitos por los destapes del “Club de la Construcción” y su estela de corrupción que saqueó el Perú a sus anchas durante dos décadas, el gobierno del lapicito con sombrero que apenas lleva tres meses en el poder se encuentre cuestionado por exactamente el mismo asunto, el manejo corrupto de los contratos de obras en el Ministerio de Transportes y el Ministerio de Vivienda, precisamente las entidades estatales que manejan el mayor presupuesto público del país.
En este momento el profesor Bruno Pacheco tiene mucho que declarar a la Fiscalía, especialmente con respecto al hecho que, siendo el hombre de mayor confianza y más cercano al presidente Castillo, debe revelar cómo obtuvo tanto dinero en efectivo que dejó escondido en el baño de su oficina, más aún cuando sus ingresos anteriores y actuales no justifican semejante liquidez, también debe explicar la “suerte” de sus visitantes que siempre obtenían jugosos contratos con el Estado luego de visitarlo, así como debe aclarar los depósitos en efectivo que su chofer abonaba en su cuenta bancaria y su cercana e inusual relación con Karelim López.
Al parecer, la llegada de Pacheco a la secretaría general de la presidencia trajo consigo una inexplicable bonanza económica, materializada en dinero en efectivo, y ha tenido un efecto devastador para el gobierno de Pedro Castillo, pues ha licuado la confianza ciudadana y lo ha colocado en una posición política vulnerable.
Por otro lado, gracias a una prensa acuciosa, ahora el presidente deberá aclarar, si es que eso fuera posible, sobre el funcionamiento del mal llamado “búnker” de Breña. En ese lugar se ha filmado a la facilitadora Karelim López ingresando con un bolso lleno que luego sale vacío, se ha verificado la presencia de los sobrinos del presidente recibiendo a proveedores del Estado y lo que es peor, se ha constatado la visita del presidente Castillo, en horas de la noche y sin registro oficial de su presencia.
En palabras del propio Pedro Castillo, el sombrero era un símbolo de su humildad y origen provinciano, del hombre que, sin pertenecer al establishment político, la oligarquía nacional y los poderes fácticos, había logrado llegar a la presidencia para romper con los vicios de siempre y corruptelas del pasado, y con ello reivindicar a los millones de hombres y mujeres de a pie que anhelaban un cambio real en la estructura social y económica del país. Lamentablemente nada de eso ha sucedido y, por el contrario, parece que cuando el presidente no está en el ojo público prefiere la gorrita, bajo la que se esconde cuando acude a Breña y que ahora simboliza a un gobierno que se esmera en parecer un remedo mal hecho, de lo peor de sus antecesores.
Finalmente, Pedro Castillo debe asumir con honestidad y entereza la consecuencia de sus yerros, para ello debe explicarle al país con la mayor contundencia posible, que no ha incurrido en corrupción, que no la encubre y que no la promueve, caso contrario, será el principal responsable de lo que suceda con su presidencia y la democracia en el país.
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