LA COLUMNA DEL DÍA | Crisis: retos y oportunidades
Creado el Jueves, 26 de Marzo del 2020 10:24:31 am | Modificado el 06/10/2021 01:35:37 pm

En este artículo no voy a nombrar al virus que ha puesto al mundo ante un escenario de total incertidumbre. En economía, en proyectos, siempre se trabaja el riesgo porque puede calcularse o medirse es decir se presenta siempre que una variable pueda tomar distintos valores, y que se disponga de información suficiente para conocer las probabilidades asociadas a cada uno de estos posibles valores, así por ejemplo Lanzar una moneda al aire, si resulta cara o si resulta sello , tenemos dos posibilidades bien determinadas y se puede trabajar sobre ellas, por lo tanto el riesgo de apostar por una de ellas está perfectamente determinado.
Sin embargo, la incertidumbre se presenta cuando no se conocen los posibles resultados de un evento o suceso y/o distribución de probabilidades, es el grado de desconfianza de que la distribución de probabilidades analizada sea la correcta, por ejemplo, a 5 días de cumplirse la cuarentena no sabemos si esta concluirá o se ampliará. En situaciones de incertidumbre es sumamente difícil tomar decisiones adecuadas debido a que la información disponible es muy escaza.
Como manifiesta Carlos Scartascini, líder del grupo de economía del comportamiento del BID, el problema es que somos muy malos evaluando riesgos. “En estos momentos de incertidumbre, necesitamos que nuestros gobiernos nos ofrezcan una mano firme, que nos ayuden con información precisa que limite el peligro tanto para nosotros mismos como para la sociedad, sin provocar el tipo de ansiedad que causa daño social y personal innecesario. Necesitamos implementar, tanto a nivel gubernamental como personal, algunas de las técnicas de la economía del comportamiento para que podamos comportarnos de manera más racional.
Este es un desafío enorme, en gran medida debido a nuestros prejuicios innatos. Tomemos, por ejemplo, el problema de lo que los economistas del comportamiento llaman “heurística de disponibilidad”, por la cual sobrestimamos la probabilidad de eventos que llaman más nuestra atención. O el problema del “descuento hiperbólico”, por el cual la gente prefiere una recompensa más pequeña ahora que una más grande después, lo que nos dificulta dejar pasar la oportunidad de divertirnos en un bar o restaurante ahora en aras de evitar el virus en el futuro.”
Los psicólogos y médicos recomiendan no perder la calma, ser positivos para no bajar las defensas y la situación empeore, viéndolo de esa manera necesitamos buscar las oportunidades que esta crisis nos presenta.
Ya Einstein en su momento dijo: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar superado. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.
Encontremos cosas positivas en esta situación que nos permite estar “encerrados”, como dedicar más tiempo a nosotros para realizar aquellas tareas para las cuales habitualmente no tenemos suficiente tiempo. Es el momento ideal para dedicar tiempo a la formación, mejorar nuestras habilidades y potenciar nuestros conocimientos.
En el mundo ha estado ganando espacio los trabajos o servicios online, creo que es el momento ideal para ponerlos en práctica, innovando nuestro marketing, la publicidad y la atención al cliente, como por ejemplo diseños de publicidad de marcas para cuando pase la crisis, actualización de sistemas, innovación de procesos, cursos virtuales tanto para dar como para recibir y generar economías, revisión de valores, creación de prototipos, diseños, marcas, patentes de por ejemplo juegos que se hayan creado en el entorno familiar para superar la cuarentena, etc.
A nivel de sector público, se habrá aprendido que se necesita urgentemente cambio e inversiones tecnológicas, que de haberlas tenido nos hubieran permitido ir formulando políticas públicas desde los hogares en materia de transporte, mercado laboral, cambio climático, limpieza pública, ordenamiento, crecimiento urbanístico, etc. Como manifiesta Juan Chauvin, del BID, como la BIG DATA,son toda una oportunidad para la investigación urbana, “hoy vivimos en un mundo radicalmente distinto. Las nuevas tecnologías, que van desde teléfonos celulares, tarjetas inteligentes y redes sociales, hasta sensores de movimiento, drones e imágenes y búsquedas en Google, ofrecen enormes cantidades de información pormenorizada en tiempo real. Eso ha revolucionado las posibilidades de aprender de todo, desde vivienda y transporte hasta comercio interurbano. Ha ampliado enormemente las oportunidades de comprender y mejorar el entorno de las ciudades”. Si medianamente algunas instituciones públicas las tienen ya deberían estar ordenando su uso y obtener nuevas propuestas públicas al retornó que no será el mismo.
Son tiempos también de leer, retornar a lo que hacíamos en el invierno serrano cuando días enteros no podíamos salir de casa, intercambiar revistas, novelas, cowboyadas, etc. y mientras nuestras madres escuchaban sus novelas en radio La Crónica, todos a leer bajo el ruido de la lluvia en los techos, a ver si esta crisis nos ayuda en algo a retomar los hábitos de lectura. Si antes no tenían tiempo para escribir o realizar investigaciones ahora es la oportunidad, las universidades cada vez necesitan más profesionales investigadores, con artículos y estudios científicos, creo que es la oportunidad del tiempo que no teníamos. Si es que aprovechamos esta crisis con sus implicancias que no debemos estar repitiendo a cada momento creo como dice el análisis FODA clásico diseñemos estrategias para combatir las amenazas con las oportunidades que se presentan. ¡Aprovechémoslas!
* Yuri Vivar Miranda es economista, catedrático universitario, especialista en gestión pública.
Foto: Diario El Ferrol
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