OPINIÓN. ¿Y ahora qué?
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:31:49 pm
Cada vez más nos damos cuenta que nuestro país es el país de las sorpresas, nunca se sabe con qué se va a terminar o comenzar y en el tema electoral es evidente que la gente no vota por programas, vota por personas, se favorece candidaturas donde -como se dice- no es por el amor al chancho sino a los chicharrones. Un claro ejemplo de todo esto es el caso de las elecciones en Áncash.
Personajes tan controvertidos, con juicios, con desorden ético y moral son algunos casos los que han sido elegidos o han pasado a la segunda vuelta, gente con un pasado oscuro, pero aun así están en la palestra.
Nos preguntamos si el peruano sabe votar, si vende su voto al mejor postor, en realidad son muchos los cuestionamientos, o es que no se quiere que la telenovela de corrupción termine, todo se vuelve como un disco rayado que da vueltas sobre su mismo lugar, es que los peruanos ¿no aprendemos la lección de que la corrupción y el crimen no pagan?
Se han hecho innumerables campañas sobre el voto consciente, pero al final parece que los esfuerzos por concientizar a la gente no funciona parece que el pueblo más prefiere al candidato que le regala cosas o le trae orquestas de cumbia sin importar su pasado muchas veces delictivo o contra la moral.
De seguir así, nuestro país seguirá sumergido en el subdesarrollo con tendencia siempre a ser considerado de baja calidad. Ninguno de los candidatos (por lo menos en Ancash) le he escuchado hablar sobre el tema educativo, y es que saben que la educación es un elemento importante para abrir conciencias lo que les conviene, hablan de construcciones (cemento) pero de lo más importante nada que ver.
Es por ello que desde ésta columna hacemos esta reflexión, tomemos conciencia de lo que socialmente estamos haciendo y con nuestro testimonio mantengamos la esperanza que podemos salir de este letargo.
Eduardo Pimentel Carranza.
Director de RSD
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