OPINIÓN. Síndrome de inseguridad
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:33:52 pm
Doy unos pasos más, la sombra del otro extremo de la calzada hace lo mismo. Se me coagula la sangre, me paralizo. Carajo, empiezo a transpirar, no hace calor. El encapuchado me mira, parece que lo hace, tiene las manos en los bolsillos, igual yo; debo seguir, tengo que llegar a casa, avanzo y a cada movimiento que realizo el otro da uno igual, es como si tratara de imitarme. ¿Se estará divirtiendo con mi miedo antes de asestar su golpe?
Se me amontonan en la mente todas las informaciones vistas en la semana de muertes por asaltos callejeros. Camino lentamente, empiezo a afiebrarme. ¿Tendrá un arma en los bolsillos? Reviso el mío, siento unas monedas y mi celular. No me dan las piernas para correr, me siento fatigado, y así continúo la ruta para llegar a casa. Le daré mi celular y los trecientos soles que tengo en la billetera, pienso. Lo importante es salir de esta.
No pasa un patrullero, no hay serenos cerca, ni un vecino para aplicar la campaña “Chapa tu choro”. Una eternidad, el tiempo se detuvo en el umbral, una premonición. Recupero mi aliento, aligero el paso sin dejar de mirar al individuo que empieza a andar más rápido también, veo alguna posibilidad de escape, estamos ya a casi unos metros uno del otro. Diez pasos, cinco, aún no lo distingo bien, voy a sacar la mano para asestarle un golpe, nos cruzamos, aceleramos, miro atrás, él hace lo mismo, miramos nuestras espaldas. Recuerdo que yo también llevo capucha. Creo que era otro sujeto tan asustado como yo por los índices de criminalidad. Mierda, ya no veré policiales. Salvo mejor parecer.
Yván Garcés Castro
Comunicador social
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