Comiendo gato huarinos festejaron 190 aniversario de su provincia
Creado el Viernes, 20 de Mayo del 2011 03:54:18 pm
Satisfaciendo su curiosidad peridística, Patricia se ha dado algunos gustitos que hoy queremos compartir con ustedes. Primero queremos preguntarle: ¿Ha escuchado ese dicho popular “la curiosidad mató al gato”? Bueno pues, la curiosidad de nuestra periodista tiene que ver precisamente con eso, con gatos.
Ella exploró las delicias de la gastronomía de Huari y descubrió que es muy variada y, a la vez, muy peculiar. Entre esas peculiaridades culinarias halló el “Mishikanca”, que en español quiere decir “gato asado”. Como su nombre lo dice, el “Mishikanca” es un platillo hecho a base de gato.
En el restaurante “El Milagro” entrevistó a la propietaria, Marleny Vargas, quien le contó algunos detalles de esta tradición huarina: comer gato. “
“El ‘Mishikanca’ es un plato tradicional de nuestra zona. Antiguamente, en las principales fiestas y reuniones sociales, se solía preparar el ‘Mishikanca’ y se les invitaba a los visitantes sin que supieran lo que comían. Al final, después que todos degustaban el platillo, se les mostraba la cabecita del gato para que supieran lo que habían comido”, revela. “Huari es el único lugar donde se cumple el dicho: acá sí les damos gato por liebre”, dice entre risas.
El “Mishikanca’” tiene una preparación especial: el gato se macera un día entero en agua con sal, y al día siguiente se hace lo propio con un poco de vino, vinagre y especias. Recién al tercer día queda listo para su preparación.
¿Qué sabor tiene el gato? “Es muy similar a la carne de conejo, pero es mucho más jugocita, su carne es muy tierna.”, asegura Marleny. ¿Y la edad perfecta del gato para comerlo cuál es? “Entre los seis y ocho meses”. ¿Tienen alguna crianza especial? “Se les cría con comida de casa, no se les permite que desarrollen su vida normal de gatos cazando otras cosas, ja, ja, ja… La mayoría de familias huarinas crian sus gatitos para comerlos”.
Marleny cuenta que comer gato en Huari tiene un significado especial. “Acá se cumple mucho el dicho: el que viene a Huari bien se queda o se va llorando, ya sea por haber comido gato, o porque probaron el agua de la tradicional paccha, o porque recibieron la encantadora flor de huagancu. Si una señorita le obsequia a un jovencito la flor, de hecho que se va a quedar”.
Mientras Patricia conversaba con la dueña del restaurante, un batallón de cocineros contratados por el municipio preparaba varios potajes para los invitados de honor, entre ellos el “Mishikanca”. Si nunca ha comido un gato andino y quiere saber a qué sabe, no deje de visitar Huari y probarlo. (Sistema Informativo RSD).