Papa Francisco: “La eucaristía es profecía de un mundo nuevo convertido del egoísmo al amor”
Creado el Domingo, 25 de Septiembre del 2022 05:33:22 pm | Modificado el 02/08/2024 10:59:47 am
El Papa Francisco manifestó que la eucaristía nos recuerda la primacía de Dios y nos llama al amor a nuestros hermanos.
Así lo expresó durante la misa de clausura del XXVII Congreso Eucarístico Nacional en el Estadio Municipal XXI Septiembre de Matera.
El pontífice reflexionó sobre el texto del Evangelio de la liturgia de hoy, la parábola que presenta por un lado al rico que hace alarde de opulencia y festeja profusamente, y por otro lado al pobre, Lázaro, que cubierto de llagas yace a la puerta esperando que caigan algunas migajas de esa mesa para alimentarse.
“El desafío permanente que la Eucaristía ofrece a nuestra vida: adorar a Dios y no al yo. Ponerlo a Él en el centro y no a la vanidad del yo. Para recordar que sólo el Señor es Dios y que todo lo demás es un regalo de su amor. Porque si nos adoramos a nosotros mismos, morimos en la asfixia de nuestro pequeño yo; si adoramos las riquezas de este mundo, se apoderan de nosotros y nos hacen esclavos; si adoramos al dios de la apariencia y nos embriagamos en el despilfarro, tarde o temprano la vida misma nos pedirá la cuenta”, expresó.
Las injusticias, las desigualdades, los recursos de la tierra injustamente repartidos, los abusos de los poderosos contra los débiles, la indiferencia ante el grito de los pobres, el abismo que cavamos cada día generando marginación, no pueden dejarnos indiferentes.
“Por eso, hoy, juntos, reconozcamos que la eucaristía es una profecía de un mundo nuevo, es la presencia de Jesús que nos pide que nos comprometamos para que se produzca una conversión efectiva: de la indiferencia a la compasión, del derroche al reparto, del egoísmo al amor, del individualismo a la fraternidad.
El santo padre invitó a soñar una “Iglesia eucarística”, “una Iglesia que se arrodilla ante la eucaristía y adora con admiración al Señor presente en el pan; pero que también sabe inclinarse con compasión ante las heridas de los que sufren, levantando a los pobres, enjugando las lágrimas de los que padecen, haciéndose pan de esperanza y alegría para todos”.
El Papa incita a volver a Jesús, adorarlo y acogerlo “cuando la esperanza se apaga y sentimos la soledad del corazón, el cansancio interior, el tormento del pecado, el miedo a no triunfar”. Volver “al sabor del pan”. “Porque Él vence a la muerte y renueva siempre nuestra vida”, afirmó. (L.U. – RSD Noticias).