El papa: “La paz no se construye con las armas, sino abriendo los corazones”
Creado el Domingo, 31 de Marzo del 2024 07:59:37 pm
En el día en que resuena en todo el mundo el anuncio de que Cristo ha resucitado, tantas pesadas piedras cierran las esperanzas de la humanidad como la gran piedra cerró el sepulcro. Son las piedras de las guerras, como las de Israel, Palestina, Ucrania y Siria; las de las crisis humanitarias, como la de Gaza en Haití y la de los Rohingyá en Myanmar; las de las violaciones de los derechos humanos y de la trata de seres humanos que afectan a migrantes y niños.
En el día en que la Iglesia revive el asombro de las mujeres ante la tumba abierta y vacía de Jesús, el papa Francisco, en su mensaje Urbi et Orbi desde la logia central de la Basílica de San Pedro ante sesenta mil fieles, recordó que sólo Él ha resucitado y es "capaz de hacer rodar las piedras que cierran el camino a la vida", abriendo las puertas de la vida, "que cerramos continuamente con las guerras que campan a sus anchas por el mundo".
Porque solo Dios podía abrir el camino nuevo a través de la tumba vacía, el camino de la vida en medio de la muerte, de la paz, la reconciliación y la fraternidad en medio de la guerra, el odio y la enemistad. Sólo Él quita el pecado del mundo y perdona nuestros pecados, y "sin el perdón de Dios esa piedra no puede ser removida".
Con la mirada puesta en Jerusalén y en todas las comunidades cristianas de Tierra Santa, el pensamiento del papa se dirigió a las víctimas de los numerosos conflictos del mundo, para que Cristo Resucitado abra un camino de paz a las poblaciones atormentadas de Israel y Palestina y también de Ucrania.
De acuerdo con el derecho internacional, Francisco pidió un intercambio general "todos por todos" de prisioneros entre Rusia y Ucrania, e hizo un nuevo llamamiento para que "se garantice el acceso a la ayuda humanitaria en Gaza, instando a una pronta liberación de los rehenes secuestrados el 7 de octubre y a un alto el fuego inmediato en la Franja".
“No permitamos que las hostilidades en curso continúen afectando gravemente a la población civil, ya de por sí extenuada, y principalmente a los niños. Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos. Con su mirada nos preguntan: ¿por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme. La paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón”, dijo el Santo Padre.
La invitación del papa fue a no olvidar los numerosos lugares del mundo en dificultad, empezando por Siria, "que sufre desde hace trece años las consecuencias de una guerra larga y devastadora":
“Muchísimos muertos, personas desaparecidas, tanta pobreza y destrucción esperan respuestas por parte de todos, también de la Comunidad internacional”, indicó. (RSD Noticias).