La Palabra del día 23 de abril del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:05 pm
Aprovechemos de estos maravillosos textos para nuestro crecimiento espiritual.EVANGELIO DEL JUEVES 23: JUAN 6,44-51.
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: ‘Serán todos discípulos de Dios.’ Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.”
REFLEXIÓN.
Fuimos creados y elegidos para un proyecto especial de vida en comunión con Dios.
1. Creados. Ser atraídos por el Padre, es nuestra condición de ser criaturas suyas. No hemos pedido nuestra existencia, nos encontramos en ella. Nuestra fe nos enseña que no somos casualidad, sino un proyecto amoroso de Dios.
2. Elegidos. Dios no nos puso en la existencia, sin ningún proyecto; nos eligió para una relación personal de amor con él. Para ello nos envió a su Hijo, quien realizó esta misión, con el ejemplo de su vida y con sus enseñanzas.
3. Fe. Respondemos a esa elección con la fe, que es aceptar a Jesús y el proyecto de vida de Dios para nosotros. Si creemos en Él ya gozamos en nuestra vida mortal de la vida eterna, Jesús dice: “el que cree tiene vida eterna”.
4. Pan. El que vive preocupado sólo por los bienes de este mundo acorta el horizonte de su existencia a un ámbito meramente terreno y temporal. Jesucristo vino al mundo, se hizo Pan, para hacer que nuestro horizonte sea trascendente.
- Gracias Señor, porque quieres que nuestra vida, en medio de la fragilidad y la pequeñez, tenga un horizonte de plenitud sin límites. Ten un feliz día.
PRIMERA LECTURA: HECHOS 8,26-40.
En aquellos días, el ángel del Señor le dijo a Felipe: “Ponte en camino hacia el Sur, por la carretera de Jerusalén a Gaza, que cruza el desierto.” Se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido en peregrinación a Jerusalén. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: “Acércate y pégate a la carroza. Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó: “¿Entiendes lo que estás leyendo?” Contestó: “¿Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?” Invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: “Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de los vivos.” El eunuco le preguntó a Felipe: “Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?” Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. En el viaje llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco: “Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?” Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su viaje lleno de alegría. Felipe fue a parar a Azoto y fue evangelizando los poblados hasta que llegó a Cesarea.
SALMO 65. ACLAMAD AL SEÑOR, TIERRA ENTERA.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. R. Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo: a él gritó mi boca y lo ensalzó mi lengua. R. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor. R.
Fray Luis Galindo,O.P.