Informe de la semana: Una Iglesia en salida en tiempos de conflictos sociales y políticos
Creado el Jueves, 10 de Mayo del 2018 07:54:17 pm | Modificado el 11/10/2021 04:39:30 pm
Muere el Líder, el Maestro, el Señor. Mueren las esperanzas, se va apagando la fe y asaltan los miedos. Para los discípulos y amigos de Jesús ese proceso es doloroso, la oscuridad invadiendo su mundo interior, la tristeza de la crucifixión, la incertidumbre del futuro. Pero como todo proceso, termina. Jesús resucita, les inyecta vida y les recuerda la misión para la que fueron llamados.
“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”, es el último mensaje que deja Jesús antes de la ascensión. Y es que en una realidad que a veces duele, es necesario que el creyente intervenga, que haga, que actúe, porque anunciar el Evangelio es también vivirlo como testigo de la resurrección de Cristo.
Más de 11 millones de peruanos viven en una situación de informalidad laboral, alrededor de 81 mil mujeres son víctimas de maltrato, según el Ministerio de la Mujer, 30 mil menores violentados en el 2017. Reducir al mínimo estas cifras implica el trabajo de todos, donde “la tarea de anunciar las Buenas Nuevas también sea el de defender la justicia, la equidad, la democracia”, explica el sacerdote Fernando Asín Castellón.
Anunciar el Evangelio hoy es abrirse al mundo, que la fe se complemente con la acción de acercar a la esperanza y al amor, de ver la realidad y reclamar justicia cuando le es negado a un semejante, pero hacen falta más personas dispuestas a compartir la alegría de las Buenas Nuevas.
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