Informe de la semana: ¿Por qué la fe no se negocia?
Creado el Viernes, 2 de Marzo del 2018 08:26:09 am | Modificado el 11/10/2021 04:39:20 pm
Es una constante en el ser humano obtener lo que quiere cuando lo quiere, no establece límites y se apresura. A veces, incluso, se pretende negociar con la fe para obtener beneficios inmediatos, convirtiéndose en “la cueva de ladrones” que Jesús un día evidenció en el Templo de Jerusalén, centro de la religión judía.
La fe es la libertad que nos acerca a Dios, que nos permite encontrar en el otro ese rostro humano de la misericordia de Dios. Pero es peligrosa cuando se pretende poner cifras como si se tratara de un mercado donde todo se compra y se vende y donde los más humildes se ven afectados. “Jesús opta por los pobres y se enoja cuando las autoridades religiosas judías hacen un negocio con ellos”, explica el sacerdote Fernando Asín Castellón.
Desde siempre, hemos tenido la idea errónea de que es posible comprar todo lo queramos. En el Templo de Jerusalén pasaba algo parecido ya hace dos milenios atrás. No solo estaban los cambistas de monedas y mercaderes que se enriquecían a costa de las necesidades de los fieles, sino que los mismos fieles estaban entendiendo que trataban con un Dios al que podían manipular a través de las ofrendas.
Dios no está en venta. La dignidad del hombre no se negocia y la fe no está en un escaparate. Conmover a Dios no es cuestión de oferta y demanda, porque Dios responde a un corazón sincero. La fe es y será un ejercicio constante, una forma de vida y un camino a seguir.
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