“El mundo tiene necesidad de paz y de creyentes que sean pacificadores”. Audiencia General de este miércoles
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:24:14 pm
San Lorenzo de Brindisi sacerdote capuchino nacido en 1559 en esta ciudad del sur de Italia fue un “políglota notable y un predicador incansable. Sabía cómo exponer con claridad y dulzura los fundamentos bíblicos y patrísticos sobre la fe, puestos en discusión por Martín Lutero”. Contribuyó asimismo en gran medida a la profundización y a la renovación de la vida cristiana de todos, llamando a la coherencia en la vida con la fe profesada. A pesar de sus múltiples cargos, pasaba mucho tiempo retirado en oración e invitaba a los sacerdotes y a los seminaristas a hacer lo mismo.
"Si no estamos interiormente en comunión con Dios, no podremos dar nada a los demás", decía San Lorenzo de Brindisi. Hijo de san Francisco de Asís, fue un verdadero artesano de la paz. “Incluso hoy en día, todos los que creen en Dios deberían ser pacificadores como él” - ha señalado el Papa. “No existe un cristiano digno de este nombre que no sea un hombre de paz. Y no existe una época en la cual este preciso testimonio cristiano no sea necesario”.
Doctor de la Iglesia, Lorenzo, es el autor de numerosas obras exegéticas y teológicas. En sus libros presenta armoniosamente la historia de la Salvación que culmina en la Encarnación, en la que subraya el papel único de la Virgen María. “Queridos amigos, - ha terminado diciendo el Santo Padre -, toda la vida y la actividad de San Lorenzo de Brindisi se inspiraron en su amor y conocimiento de la Sagrada Escritura. Para él, la escucha y acogida de la Palabra de Dios producen una transformación interior que conduce a la santidad.
Escuchemos seguidamente, el resumen que de su catequesis, ha hecho el Santo Padre en español para los fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro:
Queridos hermanos y hermanas:
La catequesis de hoy está dedicada al insigne doctor de la Iglesia san Lorenzo de Brindis, que vivió entre mil quinientos cincuenta y nueve y mil seiscientos diez y nueve. Huérfano de padre a los siete años, es confiado por su madre al cuidado de los frailes Conventuales. Posteriormente, entra en la Orden de los Capuchinos y es ordenado sacerdote en mil quinientos ochenta y dos. Adquiere un gran conocimiento de las lenguas antiguas y modernas, lo cual le permite llevar un intenso apostolado. Predicador infatigable, fue exponente claro y sereno de los fundamentos bíblicos y patrísticos de todos los artículos de la fe. En la Orden de los Capuchinos, fue profesor de teología, maestro de novicios, ministro provincial, definidor general y ministro general. Destacó así mismo como escritor elocuente de exégesis bíblica y mariología. En su predicación exhorta a llevar una existencia coherente con la fe que se profesa. Ejerció con acierto, en medio de tanto trabajo, una vida espiritual de gran fervor, dando prioridad a la plegaria y a la celebración de la Santa Misa. Por su autoridad moral fue consejero buscado y escuchado, tanto por Sumos Pontífices como por príncipes católicos, que le confiaron importantes misiones diplomáticas en favor de la paz.
Y estos fueron sus saludos a los peregrinos presentes esta mañana en la Plaza de San Pedro:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Ecuador, Perú, Argentina, México y otros países latinoamericanos. Os invito a que, siguiendo el ejemplo de San Lorenzo de Brindis, escuchéis y acojáis la Palabra de Dios, para que os dejéis transformar interiormente y, así, cada una de vuestras acciones tenga al Señor como su inicio y tienda a él como a su fin. Muchas gracias.
Saludando en lengua polaca a los peregrinos presentes en la audiencia Benedicto XVI les ha recordado que “la Cuaresma nos llama a la mortificación y a la penitencia para poder participar en mayor medida de los sufrimientos de Jesús y de Su agonía. “Una ocasión propicia para la reflexión y para poder hacer un examen de conciencia, nos lo ofrecen los ejercicios espirituales de Cuaresma”, ha explicado el Papa. “Expreso mi alegría por el hecho de que en Polonia participéis en ellos con tanto entusiasmo”. “Que los ejercicios os ayuden a renovar la vida espiritual y a estar más cercanos a Dios. Os bendigo de todo corazón a todos”.