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Las tribulaciones nada pueden contra quien está sostenido por la gracia divina
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:25:44 pm
como en la fuerza y el valor que el Señor le infundió para hacerlo.La audiencia comenzó con la siguiente introducción bíblica.En su catequesis en nuestro idioma, el Papa dijo:
Queridos hermanos y hermanas:
La lectura que hemos escuchado es una de las plegarias de bendición más hermosas de la Escritura. En ella, san Pablo nos muestra que las tribulaciones nada pueden contra aquél que es sostenido por la gracia divina. El Apóstol es un ejemplo eximio de esa cercanía de Dios, tanto en las pruebas que tuvo que soportar, como en la fuerza y el valor que el Señor le infundió para hacerlo. El consuelo del que habla no es un mero lenitivo al dolor, sino un estímulo para no dejarnos vencer por las dificultades. Unidos a Cristo en las fatigas que Él carga sobre sí, no sólo somos capaces de afrontar cualquier prueba sino, incluso, de consolar también nosotros a los demás en sus luchas. La oración y la fe en su presencia nos alientan, y en medio de las contrariedades sentimos el consuelo de Dios. Así, la fe se refuerza por la experiencia concreta del amor fiel de Cristo, que llega hasta la entrega en la cruz. A ese enorme «sí», que el Espíritu Santo hace perenne y universal, responde el «amén» de la Iglesia, que resuena en la liturgia y en la oración personal. En él debemos expresar nuestra adhesión total al «sí» de Dios, pues uniéndonos al Señor, participamos de su consuelo.
De los saludos del Papa a los diversos grupos de files presentes en la Plaza de San Pedro, destacamos el dirigido a los queridos peregrinos polacos, de modo particular a los jóvenes que se están preparando para el encuentro de Lednica. A estos queridos amigos aludiendo al tema de este evento, “¡El amor te encontrará!” -que profundizarán a través del mensaje de Jesús Misericordioso anotado por Santa Faustina en su Diario, junto a la oración, la adoración, la Confesión y la Eucaristía- el Obispo de Roma les deseó que arda en ellos el fuego de la Divina Misericordia, para que transforme los corazones de todos los jóvenes del mundo, los colme de paz, fe fuerza y de esperanza. “Ante el rostro de Jesús Misericordioso”, el Papa los invitó a buscar las respuestas a sus interrogantes, a sus inquietudes y a su misma felicidad. Y antes de bendecir de corazón a todos ellos y a su encuentro, les dijo que sabe que la experiencia de Lednica, de la que nace una escuela de formación en una fe madura, está fructificando en un nuevo movimiento que está naciendo en la Iglesia.
Con alegría Su Santidad saludó y bendijo a los peregrinos croatas, de modo particular a los files procedentes de Arbanasi y a los grupos de confirmandos de las Misiones católicas croatas en Alemania. A estos queridos amigos, que han recibido el don del Espíritu Santo, los invitó a testimoniar más valerosamente su fe en Jesucristo con esta gracia celestial.
El Papa también saludó de corazón a los peregrinos eslovacos, particularmente a los procedentes de las parroquias de Oslany y Drienov, así como también a los de la Escuela católica primaria Anton Bernolák de Nové Zámky. A estos hermanos y hermanas, antes de bendecirlos junto a sus familias, el Pontífice les recordó que el domingo 27 de mayo hemos celebrado la Solemnidad de Pentecostés, razón por la cual los exhortó a “ser siempre dóciles a la acción del Espíritu Santo”.
Al dar su cordial bienvenida a los peregrinos de lengua italiana, Benedicto XVI saludó a las Misioneras Franciscanas del Niño Jesús, a las Religiosas de Nuestra Señora de la Merced y a las Monjas Franciscanas de la Inmaculada, que celebran sus respectivos Capítulos Generales. A estas queridas hermanas, el Papa les deseó que el Señor les done la capacidad de responder con prontitud a sus solicitaciones.
De la misma manera el Papa saludó a los representantes del Centro Deportivo Italiano de Imola, acompañados por su Obispo, Mons. Tommaso Ghirelli, junto a los miembros de la Selección de Fútbol se sacerdotes y ministrantes de la Parroquia de los Santos Antonio y Aníbal María de Roma.
Por último, como es costumbre, al dirigirse a los jóvenes, enfermos y recién casados presentes en esta audiencia general, el Santo Padre formuló votos para que el Espíritu Santo, don de Cristo resucitado, guíe a los queridos jóvenes, y los haga capaces de orientar con decisión su vida hacia el bien; sostenga a los queridos enfermos para acoger el sufrimiento como instrumento misterioso de salvación para ellos y para los hermanos y ayude a los queridos recién casados a redescubrir cada día las exigencias del amor, a estar siempre preparados para comprenderse y sostenerse recíprocamente.
A los numerosos peregrinos procedentes de América Latina y de España, Benedicto XVI les dijo:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española provenientes de España, México, Venezuela, Colombia, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a entrar en el «sí» de Dios, secundando su voluntad, para poder afirmar con san Pablo: «no soy yo que el que vive, es Cristo quien vive en mí». Muchas gracias.