La Palabra del día 28 de enero del 2016
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:45 pm
¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga. Les dijo también: Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.Reflexión. El cristiano tiene la misión de ser una luz que alumbra, en medio de la oscuridad del mundo.
1. Candil. Toda lámpara o todo cirio debe estar en un lugar a partir del cual pueda realizar su función de alumbrar. Debajo de una mesa o de una cama no podría no podría realizar su finalidad de dar luz.
2. Medida. Fácilmente juzgamos a los demás con nuestros propios criterios, modos de pensar y ver la realidad. Los principios que nos da Jesús para ver a los demás son el amor, la bondad y la misericordia.
- La misión del creyente es ser una luz entre la oscuridad y los ojos con los que hemos de ver a los demás son los de la misericordia con la que Dios nos nos mira a nosotros. Ten un feliz día.
2 Samuel 7,18-19.24-29. Después que Natán habló a David, el rey fue a presentarse ante el Señor y dijo: ¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar hasta aquí? ¡Y, por si fuera poco para ti, mi Señor, has hecho a la casa de tu siervo una promesa para el futuro, mientras existan hombres, mi Señor! Has establecido a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios. Ahora, pues, Señor Dios, mantén siempre la promesa que has hecho a tu siervo y su familia, cumple tu palabra. Que tu nombre sea siempre famoso. Que digan: “¡El Señor de los ejércitos es Dios de Israel!” Y que la casa de tu siervo David permanezca en tu presencia. Tú, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, has hecho a tu siervo esta revelación: “Te edificaré una casa”; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta plegaria. Ahora, mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.
Salmo 131. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre. Señor, tenle en cuenta a David todos sus afanes: cómo juró al Señor e hizo voto al Fuerte de Jacob. R. No entraré bajo el techo de mi casa, no subiré al lecho de mi descanso, no daré sueño a mis ojos, ni reposo a mis párpados, hasta que encuentre un lugar para el Señor, una morada para el Fuerte de Jacob. R. El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará: A uno de tu linaje pondré sobre tu trono. R. Si tus hijos guardan mi alianza y los mandatos que les enseño, también sus hijos, por siempre, se sentarán sobre tu trono. R. Porque el Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella: Ésta es mi mansión por siempre, aquí viviré, porque la deseo. R.
SANTO TOMÁS DE AQUINO, DOCTOR DE LA IGLESIA. Nació en una familia aristocrática en 1225. Pese a la fuerte oposición de los suyos, ingresó a la Orden de Predicadores a los 19 años. En 1245, fue enviado a estudiar a París, donde su humildad hizo que, al principio, su increíble inteligencia pase desapercibida. Sus compañeros le llamaban, por su modo silencioso y su físico corpulento “buey mudo”.
Al recibirse de bachiller, siguiendo el orden académico, comenzó a enseñar en la Universidad de París, y compuso obras como sus comentarios sobre el Libro de las Sentencias de Pedro Lombardo, sobre el libro de Isaías y sobre el Evangelio de San Mateo. Cuatro años más tarde, se le confirió la cátedra de doctor, encargado de enseñar, discutir y predicar y algún tiempo después, empezó a escribir la Suma contra los Gentiles.
De 1259 a 1268, era muy popular en toda Italia, país en el que enseñó y donde también predicó en muchas ciudades. Hacia 1266, comenzó a escribir la más famosa de sus obras: la Suma Teológica. De vuelta a París, continuó, en medio sus clases, predicaciones y discusiones públicas, la redacción de la Suma, incluido el tratado de la Eucaristía. Dice una tradición que el Crucifijo le habló y le dijo: “Has escrito bien de mí, Tomás”, confirmando su teología eucarística. Posteriormente, Tomás fue llamado a Italia y ocupó el cargo de rector en la Universidad de Nápoles.
Al año siguiente, por causa de una poderosa visión cesó de escribir y enseñar, sin terminar la Suma Teológica. Se hallaba enfermo cuando el Papa Gregorio X lo invitó al Concilio de Lyon, pero en el viaje su enfermedad se agravó más, siendo trasladado a la abadía cistercience de Fossa Nuova falleció en la madrugada del 7 de marzo de 1274.
Fray Luis Galindo,O.P.