La Palabra del día 27 de diciembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:40 pm
El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.Salmo 127. Dichosos los que temen al Señor. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás, dichoso, te irá bien. R. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R. Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R.
Colosenses 3,12-21. Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.
Lucas 2,41-52. Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados. Él les contesto: ¿Por qué me buscábais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres.
Reflexión. Nadie es indiferente contemplanto las imágenes del pesebre, que en todos lados en estos días encontramos: José el hombre justo, María la mujer llena de gracia y el Niño Dios. Los tres hacen la Sagrada Familia de Nazareth, modelo de toda familia humana.
1. Presencia de Dios. Toda familia cristiana tiene tres miembros: padres, hijos y Dios. En muchas falta Dios y allí el origen de las crisis; su ausencia es fuente de dificultades. Los problemas son parte de la vida, Dios los permite para el crecimiento. Pero cuando el Señor no es tomado en cuenta, la familia queda asolada, aquí: divorcio, abandono, infidelidad, desamor, violencia, etc. La familia de nazareth es modelo de fe, Lucas dice que Iban cada año a Jerusalén, a la fiesta de la Pascua. Las familias cristianas hoy deben celebrar juntos cada año la Pascua, la Navidad y cada domingo: la Eucaristía, la oración, la escucha de la Palabra, etc. Cuando no sucede, se pueden suponer facilmente las consecuencias.
2. La familia es ámbito de plenitud humana.
a) “Creían que iba en la carabana y al términar la joranada lo buscaron entre parientes y conocidos”. En la familia de Nazareth hay confianza, se piensa en la responsabilidad del niño. Lo están educando en libertad y responsabilidad. Tanta necesidad hay de esto en las familias actuales. A priori se desconfía de los hijos; los padres se obesesionan por dónde y con quién están o no sus hijos. Si hubiera confianza, no tendrían estos dolores de cabeza.
b) “Hijo ¿por qué nos has hecho esto?... ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre? En esta familia se da la escucha. No hay enfados, hay diálogo sereno, que en tantas familias de hoy falta. A los hijos no se les escucha, sólo se les ordena, reprocha, grita y maltrata. Sólo deben obedecer y punto.
c) “Tu padre y yo te hemos buscado angustiados”. En la familia santa hay unidad, los dos se preocupan igualmente por su hijo, no se dejan la carga. En muchas familias hoy, quien carga con el peso es sólo uno. Un cónyugue se preocupa egoísticamente de sus cosas y deja al otro toda la responsabilidad de la educación de los hijos.
d) “Bajó con ellos a Nazareth donde vivió obedeciéndolos”. Jesús es obedente a sus padres. No se cree superior, no se resistió caprichosamente a quedarse. Tanto se necesita de esto hoy, los hijos hacen lo que les da la gana. Si han recibido una “mejor educción” que sus padres, se creen superiores y con más autoridad para tomar sus decisiones.
e) “Su Madre conservaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón”. Es la actitud contemplativa. María sabía que el Hijo de sus entrañas tiene algo que Ella no llega a entender. Por ello conserva estas cosas en el cofre de oro que es su corazón. Los padres necesitan una actitud contemplativa ante sus hijos, en ellos habrá siempre algo de misterio.
f) “El Niño crecía en edad, sabiduría y gracia y en aprecio ante Dios y ante los hombres”. Es un crecimiento integral. Las familias buscan que a sus hijos materialmente no les falte nada, quieren darles lo mejor en educación, esto está muy bien. Pero no debe faltar la fe, el amor y la gracia, porque si esto falta, todo lo demás es lo más superficial, no se daría el crecimiento integral. El ideal es que los hijos lleguen a grandes humana y moralmente.
3. Mi familia real. Si nuestra familia no se asemeja a la de Nazareth, hoy tenemos la oportunidad para hacer que sean en algo parecidas a éste gran prototipo. No importa cuánto hayan crecido en número, que falte falte ya algún miembro, que tengan problemas, etc. La Buena Noticia es que en tus manos está el inicio del cambio. La clave es que Dios no esté ausente por culpa nuestra y trabajemos para que con su ayuda nuestras familias sean lugares de plenitud. Intentemos ser buenos hijos de Dios.
- Demos gracias a Dios por nuestra familia, por nuestras comunidades cristianas y por nuestra gran familia que es la Iglesia. ¡Feliz domingo de la Sagrada Familia de Nazareth!
Fray Luis Galindo.O.P.