La Palabra del día: 27 de diciembre del 2014
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:27:47 pm
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.REFLEXIÓN.
Hoy segundo día de Navidad, celebramos a Juan evangelista, Apóstol, discípulo amado y uno de los tres predilectos de Jesús. Se recostó en pecho de Jesús, fue encomendado a María y Ella a Él en la cruz. Se le atribuye el evangelio, las tres cartas de su nombre, y el Apocalipsis.
1. Corrió más y llegó primero. La Navidad es la fiesta del amor y la fe. San Juan es el Apóstol del amor y la fe. Nadie habló como él del amor de Dios a la humanidad; ningún hagiógrafo del NT habla de la comunión de Jesús con sus discípulos y de estos entre sí, como Juan 13 - 17.
2. Vio y creyó. Su gran amor a Jesús le dio una visión profunda de él y en consecuencia una sólida fe. Es el primero de quien se dice que creyó en el misterio de la Resurrección y es el discípulo que reconoce al Resucitado en la última aparición de Jesús a sus discípulos en el lago de Galilea.
- Que el amor de Dios manifestado en el pesebre de Belén, acreciente nuestro amor a Dios y a nuestros hermanos, como Jesús nos enseña en los escritos de Juan. ¡Feliz Navidad!.
1JUAN 1,1-4. Queridos hermanos: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.
SALMO 96. Alegraos, justos, con el Señor. El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono. R. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria. R. Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Alegraos, justos, con el Señor, celebrad su santo nombre. R.
SAN JUAN EVANGELISTA, 27 DE DICIEMBRE. Nació en Galilea, hijo de Zebedeo, hermano de Santiago el mayor. Pescador como su hermano y su padre. Según los antiguos relatos fue discípulo del Bautista, uno de los dos primeros discípulos del Señor con Andrés. La primera vez que conoció a Jesús estaba con su hermano Santiago, y sus amigos Simón y Andrés remendando las redes a orillas del lago; el Señor pasó cerca y les dijo: Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres. Ante este llamado, dejó sus redes, a su padre y lo siguió. Conformó con Pedro y Santiago, el grupo de preferidos que Jesús llevaba a todas partes, que presenciaron sus más grandes milagros. Estuvieron en la Transfiguración, en la resurrección de la hija de Jairo, en la agonía en el Huerto. Junto con Pedro se encargó de preparar la Última Cena; con Santiago Jesús les puso el apodoHijos del trueno, por su carácter impetuoso. Vanidosos y malgeniados pero humildes, amables y bondadosos al recibir el Espíritu Santo. En la Última Cena recostó su cabeza sobre el corazón de Cristo. Único apóstol presente en el Calvario. Recibió el más precioso de los regalos: se encargara de su Madre. El domingo de resurrección, primero en llegar al sepulcro. En la segunda pesca milagrosa primero en reconocer a Jesús. Pedro le preguntó al Señor señalando a Juan: ¿Y éste qué?. Jesús dijo: Y si yo quiero que se quede hasta que yo venga, a ti qué?. Algunos creyeron que el Señor había anunciado que no moriría. Pero lo que anunció fue que quedaría vivo por mucho tiempo, hasta que el reinado de Cristo se hubiera extendido. Fue el único apóstol al cual no lograron matar los perseguidores. Se encargó de cuidar a María como el más cariñoso de los hijos. Con Ella fue a evangelizar a Éfeso y la acompañó hasta su muerte. Dominiciano quiso matarlo y lo hizo echar en una olla de aceite hirviente, pero salió de ella más joven y sano. Desterrado a la isla de Patmos, donde escribió el Apocalipsis; en Éfeso escribió el Evangelio. Representado con un águila, por su elevada espiritualidad. Ningún otro libro tiene tan elevados pensamientos como su Evangelio. San Jerónimo dice que cuando era anciano en las reuniones de los cristianos lo único que decía era: hermanos, ámense los unos a otros. Le preguntaron por qué repetía siempre eso, respondió: es que ese es el mandato de Jesús, y si lo cumplimos, todo lo demás vendrá por añadidura. San Epifanio señala que murió hacia el año 100 a los 94 años.
Fray Luis Galindo,O.P.