La Palabra del día 26 de abril del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:06 pm
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que al Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.REFLEXIÓN.
Las imágenes del Pastor y la oveja son de las más bellas que tenemos en la Escritura para hablar de nuestra relación con Dios.
1. “Pastor”. Con ésta palabra se designaba en el Antiguo Oriente a los reyes. En Egipto, los reyes eran representados con los dos distintivos del pastor: el azote y el cayado. En el arte de Mesopotamia y en el griego se encuentra la figura del pastor llevando a hombros un cordero; el dios griego Hermes fue representado llevando un carnero. Los cristianos usaron esta imagen para representar a Jesús, el Buen Pastor.
2. Escritura. En el AT Dios encomienda a David la tarea de pastorear a su pueblo (2S 5,2) y los reyes del pueblo se comparan con pastores. Ezequiel contrapone los dirigentes con el Señor, como modelo de pastor (cf. Ez 34,1-10.12). Juan presenta a Jesús como buen pastor y modelo de pastor. Da su vida por sus ovejas que ama hasta el extremo. El asalariado apacienta por dinero, en el peligro abandona a las ovejas.
3. Pastor - ovejas. La relación pastor/Jesús - ovejas/pueblo es de conocimiento recíproco e íntimo. Conocerle es experimentar su amor e identificarse con él y misión. Jesús la compara a su relación con el Padre. Su rebaño no es sólo Israel, Sus otras ovejas pertenecen al mundo pagano y ha venido para formar una comunidad que no se limita a los judíos sino que se extiende a todos sin ningún tipo de distinción.
4. Modelo. Jesús es modelo de pastor porque da su vida por las ovejas. No lo hace con la esperanza de recobrar la vida como premio a su sacrificio, sino con la certeza de tomarla de nuevo, por la fuerza del amor. Dar la vida es creer hasta el fin en la verdad y en el poder del amor. Nadie puede quitarle la vida, él la da voluntariamente. Aunque circunstancias históricas le llevaron a morir, eso sucede porque él hizo la opción.
- Demos gracias a Dios porque envió a Jesús para ser nuestro Buen Pastor. Pidámosle que nos ayude a ser un fiel reflejo de su cuidado, ayuda, cercanía y protección de todos los que ha puesto a nuestro lado. Ten un feliz domingo.
PRIMERA LECTURA: HECHOS 4,8-12.
En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.
SALMO 117. LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS ARQUITECTOS ES AHORA LA PIEDRA ANGULAR.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los jefes. R. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. R. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. R.
SEGUNDA LECTURA: 1 JUAN 3,1-2.
Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Fray Luis Galindo,O.P.