La Palabra del día 21 de abril del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:05 pm
Aprovechemos de estos maravillosos textos para nuestro crecimiento espiritual.EVANGELIO DEL MARTES 21: JUAN 6,30-35.
En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: “¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: ‘Les dio a comer pan del cielo.’” Jesús les replicó: “Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.” Entonces le dijeron: “Señor, danos siempre de este pan.” Jesús les contestó: “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.”
REFLEXIÓN.
Todos necesitamos tener cada día el digno y suficiente pan material. Pero sobre todo, necesitamos el Pan cotidiano espiritual que es Cristo, Pan de vida.
1. Exigen signo. Los interlocutores de Jesús le piden un signo, pese a que ya ha realizado muchos con el fin de llevarlos a la fe. Recordemos que a la primera parte de este evangelio, se le llama libro de los signos, por los siete que contiene. Su dureza de corazón, los hace incapaces de descubrir la identidad de Jesús en los signos que realiza.
2. El maná. Dichos interlocutores de Jesús evocan un signo del poder y de la cercanía de Dios en el pasado. Cuando el Pueblo pasó por el desierto sufrió la sed y el hambre, pero por medio de Moisés, Dios les proveyó del maná, un alimento misterioso que los sostuvo por cuarenta años y los libró del morir de hambre (ver Ex 16).
3. Verdadero Pan. Jesús enseña que aquel pan del desierto, fue sólo figura, anticipo de otro pan más importante. Les indica que el Padre les da ahora el verdadero Pan celestial para la vida del mundo. Ese Pan es él mismo que sacia toda hambre y toda sed del ser humano. En especial el hambre del sentido de la vida y de la alegría de vivir.
- Nada, ni nadie, sino sólo Cristo es capaz de saciar las más profundas necesidades del Imploremos con fe en el Padre Nuestro: “Danos hoy nuestro Pan de cada día” y cada vez que digamos esto, pensemos que el Pan que pedimos es Cristo en nuestras vidas. ¡Ten un feliz día!
PRIMERA LECTURA: HECHOS 7,51-8,1A.
En aquellos días, Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas: “¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la Ley por mediación de ángeles, y no la habéis observado.” Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: “Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.” Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: "Señor Jesús, recibe mi espíritu." Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado.” Y, con estas palabras, expiró. Saulo aprobaba la ejecución.
SALMO 30.
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame. R. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás; yo confío en el Señor. Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. R. Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. En el asilo de tu presencia los escondes de las conjuras humanas. R.
Fray Luis Galindo,O.P.