La Palabra del día 16 de octubre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:29 pm
hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano se pregonará desde la azotea. A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a decir a quién tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A éste tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.Reflexión. El Divino Maestro nos enseña la necesidad de ser transparentes, el no temer a los agresores y el confiar en Dios Providente.
1. Las enseñanzas y las acciones del Señor tienen impresionadas a las personas, por ello se acercan en multitud para verle, escucharle y tal vez arrancarle algún favor de su bondad. Jesús antes de dirigirse a esa muchedumbre, instruye a sus discípulos, en su momento ellos serán sus intermediarios, tendrán que asumir la tarea de anunciar la Buena Nueva.
2. Jesús forma a sus discípulos en tres aspectos: deben ser transparentes, no hipócritas, lo que enseñan lo tienen que practicar, debe haber coherencia entre su vida y su enseñanza; no han de temer a quienes los persigan, deben ser fieles a Dios pese a las graves amenazas; y deben confiar en el Padre que tiernamente tiene en sus manos la vida de cada uno.
- Señor Jesús, danos tu gracia para ser como tú, sin doblez, sin temores, y sobre todo, con una confianza total en nuestro Padre celestial. Ten un feliz día.
Primera Lectura: Romanos 4,1-8. Hermanos: Veamos el caso de Abrahán, nuestro progenitor según la carne. ¿Quedó Abrahán justificado por sus obras? Si es así, tiene de qué estar orgulloso; pero, de hecho, delante de Dios no tiene de qué. A ver, ¿qué dice la Escritura?: "Abrahán creyó a Dios, y esto le valió la justificación." Pues bien, a uno que hace un trabajo el jornal no se le cuenta como un favor, sino como algo debido; en cambio, a éste que no hace ningún tabajo, pero tiene fe en que Dios hace justo al impío, esa fe se le cuenta en su haber. También David llama dichoso al hombre a quien Dios otorga la justificación, prescindiendo de sus obras: "Dichoso el hombre que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le cuenta el pecado."
Salmo 31. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación. Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. R. Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: "Confesaré al Señor mi culpa", y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. R.
Fray Luis Galindo,O.P.