La Palabra del día 12 de junio del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:11 pm
De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas de la Vida Eterna.Evangelio del viernes San Juan 19,31-37. Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ninguno de sus huesos. Y otro pasaje de la Escritura, dice: Verán al que ellos mismos traspasaron.
Reflexión. El corazón de Jesús es el corazón de Dios mismo. Del evangelio de san Juan podemos deducir cuatro características de ese corazón.
1. Sacrificado. A Jesús crucificado no se le quiebra las piernas para acelerar su muerte. Al cordero pascual no se le debía quebrar ni un solo hueso, tenía que ser ofrecido íntegro. Aplicado a Jesús, manifiesta que él es el Cordero Pascual ofrecido íntegramente en la cruz del calvario por la redención de la humanidad.
2. Traspasado. Es decir, herido no sólo una vez por una lanza de metal, sino por infinidad de veces, por las lanzadas de la infidelidad y la maldad de los seres humanos que no correspondemos a su infinito amor.
3. Abierto. Es decir, fuente de todas las gracias y las bendiciones divinas. En efecto, de ese corazón brotaron los sacramentos, especialmente el Bautismo y la Eucaristía, de ese corazón brotó la Iglesia, así como de Adán dormido brotó la mujer.
4. Misericordioso. Ese corazón quedó eternamente abierto a todo ser humano. En él se encuentra el consuelo, el descanso, la paz y la alegría; en una palabra la misericordia. Por ello se reveló a sor Faustina Kowalska como Divina Misericordia.
- El Corazón de Jesús es sacrificado, traspasado, abierto y misericordioso, esperando día a día que nos refugiemos en él, y sacar las fuerzas necesarias para la vida. Feliz día.
Libro de Oseas 11,1.3-4.8c-9. Así habla el Señor: Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. ¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba. Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer. Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura: no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de ti, y no vendré con furor.
Primera lectura: Isaías 12,2-3.4bcd.5-6. Este es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación. Ustedes sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación. Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas, proclamen qué sublime es su Nombre. Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso: ¡que sea conocido en toda la tierra! ¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión, porque es grande en medio de ti el Santo de Israel!
Segunda lectura: Efesios 3,8-12.14-19. Yo, el menor de todos los santos, he recibido la gracia de anunciar a los paganos la insondable riqueza de Cristo, y poner de manifiesto la dispensación del misterio que estaba oculto desde siempre en Dios, el creador de todas las cosas, para que los Principados y las Potestades celestiales conozcan la infinita variedad de la sabiduría de Dios por medio de la Iglesia. Este es el designio que Dios concibió desde toda la eternidad en Cristo Jesús, nuestro Señor, por quien nos atrevemos a acercarnos a Dios con toda confianza, mediante la fe en él. Por eso doblo mis rodillas delante del Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra. Que él se digne fortificarlos por medio de su Espíritu, conforme a la riqueza de su gloria, para que crezca en ustedes el hombre interior. Que Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el amor. Así podrán comprender, con todos los santos, cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, en una palabra, ustedes podrán conocer el amor de Cristo, que supera todo conocimiento, para ser colmados por la plenitud de Dios.
Fray Luis Galindo.O.P.