La Palabra del día 11 de junio del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:11 pm
ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaros en su casa hasta que os vayaís. Al entrar en una casa, saludad, si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no lo merece, la paz volverá a vosotros”Reflexión. Hoy celebramos al Apóstol Bernabé, uno de los personajes claves para la difusión de la fe en el primer siglo.
1. Apóstol. Bernabé es un Apóstol a quien debemos tanto. Parece que era un miembro destacado de la Iglesia de Jerusalén, por ello fue enviado a Antioquía, donde trabajó con mucho fruto. Junto con san Pablo, es el primer misionero en ser enviado por el Espíritu Santo y por la comunidad de Antioquía a predicar la Buena Nueva. Es a partir de aquí que la fe en Jesús se difunde por toda la cuenca del Mediterráneo y por el mundo entero.
2. Primer envío. Hay que distinguir el envío pre-pascual de Jesús a los Apóstoles, del post-pascual. Éste es el pre-pascual. Los discípulos deben anunciar que el reino está cerca, es decir que, el Mesías (el Cristo) está cerca y está ya entre ellos; deben curar y sanar a las personas de todos sus males; deben darlo gratis; deben ir abandonados en la Providencia divina; deben ofrecer la paz, primer y más importante don que han recibido del Señor.
3. Misioneros. Si profesamos la fe católica es por los apóstoles, por hombres como san Bernabé, y como tantos a lo largo de los dos mil años de existencia de esta historia, que consagraron sus vidas a difundir la fe. Los cristianos nunca deben ser receptores pasivos de la gracia de Dios, el día que nos bautizamos, hemos recibido también la misión de ser difusores de la Buena nueva de Cristo.
- Que Dios nos ayude a realizar la misión que hemos recibido en nuestro Bautismo. Ten un feliz día.
Hechos 11,21b-26;13,1-3. En aquellos días, gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó noticia a la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una multitud considerable se adhirió al Señor. Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía. Durante un año fueron huéspedes de aquella iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los discípulos cristianos. En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno; Lucio el Cireneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo. Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo: "Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado." Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron.
Salmo 97. El Señor revela a las naciones su justicia. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R. Tocad la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. R.
SAN BERNABÉ. A pesar de que no fue uno de los doce elegidos por Jesús, es considerado Apóstol por los primeros padres de la Iglesia, aún por Lucas, a causa de la misión que le confió el Espíritu Santo y de su activa tarea apostólica. Era un judío de la tribu de Levi, nacido en Chipre; su nombre original era el de José, pero los Apóstoles lo cambiaron al de Bernabé que significa ‘hombre esforzado’. Se le menciona en la Escritura, en Hch 4; se menciona la venta de sus propiedades. Fue elegido para llevar el Evangelio a Antioquía, instruir y guiar a los neófitos. Para esta misión obtuvo la cooperación de San Pablo. Los dos predicadores obtuvieron gran éxito; Antioquía se convirtió en el gran centro de evangelización y fue ahí donde, por primera vez, se dio el nombre de Cristianos, a los fieles seguidores de Cristo. Tiempo más tarde, se les encomendó una nueva misión y partieron a cumplirla, acompañados por Juan Marcos. Primero se trasladaron a Seleucia y después a Salamina, en Chipre. Luego llegaron a Pafos, donde convirtieron al procónsul romano Sergio Paulo, navegaron hasta Perga en Pamfilia, donde Juan Marcos los abandonó. En Iconium, en Licaonia, estuvieron a punto de morir apedrados. En Listra, San Pablo curó milagrosamente a un paralítico y los habitantes paganos los confundieron con dioses. De regreso a Antioquía pasaron por todas las ciudades que habían visitado para confirmar y ordenar presbíteros. Surgieron ciertas diferencias entre San Pablo y San Bernabé, por lo que decidieron separarse. San Bernabé partió entonces hacia Chipre, acompañado de Juan Marcos, para visitar las iglesias que ahí se habían fundado. Alrededor del año 60 ó 61, San Bernabé ya había muerto. Se dice que fue apedrado hasta morir en Salamina. Otra tradición nos lo presenta como predicador en Alejandría y en Roma y además como primer obispo de Milán.
Fray Luis Galindo,O.P.