La Palabra del día 05 de junio del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:10 pm
¿Cómo puede ser hijo suyo?". La multitud escuchaba a Jesús con agrado.Reflexión. La gran expectativa en tiempos de Jesús por la venida del Mesías.
1. Prejuicios. Jesús sigue en diálogo con el pueblo que lo escucha atento. Intenta sacar a la gente de su posición cómoda y de sus prejuicios. Parece que la esperanza se centraba, en la venida del Mesías. Pero a la vez, en la figura de David. El Mesías sería hijo de éste.
2. Mesías. Al decir eso no sólo se referían, los maestros de la ley, a una descendencia biológica. Sino también, a una manera de ser, un modelo. Mirando a David y las cosas que había hecho se podía entender lo que iba a ser el Mesías para el pueblo de Israel.
3. David. Él dio por primera vez estabilidad al pueblo. Después de Egipto, el pueblo se instaló en la tierra prometida, que consiguieron con lucha, a través de los jueces. Después de Saúl David hizo del pueblo una nación. Les dio capital y un lugar para el templo.
4. Descendiente. Los judíos del tiempo de Jesús miraban a ese pasado glorioso y añoraban su vuelta. El Mesías esperado debería ser hijo de David. Les devolvería independencia de los invasores romanos. Les haría otra vez un pueblo grande, poderoso y temido.
5. Cambio. Jesús cambia esa perspectiva. El Mesías no se reduce a reproducir el pasado imaginado. Él es el hijo de Dios, y su presencia ha traído el Reino de Dios. No mirar al pasado sino Dios nuestro futuro. Esperamos la vida de Dios, su reino, su gracia.
- Gracias Señor por haber engrandecido el horizonte de nuestras vidas. Un feliz día.
Primera lectura: Tobías 11,5-17. Ana estaba sentada con la mirada fija en el camino por donde debía volver su hijo. De pronto presintió que él llegaba y dijo al padre: "¡Ya viene tu hijo con su compañero!". Rafael dijo a Tobías, antes que él se acercara a su padre: "Seguro que tu padre va a recobrar la vista. Untale los ojos con la hiel del pez; el remedio hará que las manchas blancas se contraigan y se desprendan de sus ojos. Así tu padre recobrará la vista y verá la luz". La madre corrió a echarse al cuello de su hijo, diciéndole: "¡Ahora sí que puedo morir, porque te he vuelto a ver, hijo mío!". Y se puso a llorar.
Tobit también se levantó y, tropezando, salió por la puerta del patio. Tobías corrió hacia él, con la hiel del pez en su mano; le sopló en los ojos y, sosteniéndolo, le dijo: "¡Animo, padre!". Después le aplicó el remedio y se lo frotó. Luego le sacó con ambas manos las escamas de los ojos. Entonces su padre lo abrazó llorando y le dijo: "¡Te veo, hijo mío, luz de mis ojos!". Y añadió: "¡Bendito sea Dios! ¡Bendito sea su gran Nombre! ¡Benditos sean todos sus santos ángeles! ¡Que su gran Nombre esté sobre nosotros! ¡Benditos sean los ángeles por todos los siglos! Porque él me había herido, pero tuvo compasión de mí, y ahora veo a mi hijo Tobías". Tobías entró en la casa, lleno de gozo y bendiciendo a Dios en alta voz. Luego informó a su padre sobre el buen resultado del viaje: le contó cómo había recuperado el dinero y cómo se había casado con Sara, hija de Ragüel. Y añadió: "Llegará de un momento a otro, porque está a las puertas de Nínive". Tobit salió al encuentro de su nuera hasta las puertas de Nínive, bendiciendo a Dios lleno de alegría. Al verlo caminar con todo su vigor, sin la ayuda de nadie, los habitantes de Nínive quedaron maravillados. Tobit proclamaba delante de todos que Dios había tenido misericordia de él y le había devuelto la vista. Después se acercó a Sara, la esposa de su hijo Tobías, y la bendijo, diciendo: "¡Bienvenida, hija mía! ¡Bendito sea Dios, que te trajo hasta nosotros! ¡Bendito sea tu padre, bendito sea mi hijo Tobías, y bendita seas tú, hija mía! ¡Entra en tu casa con gozo y bendición!".
Salmo 146(145),2.7.8-9.10. Alabaré al Señor toda mi vida; mientras yo exista, cantaré al Señor. hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. Da el Señor protección al forastero, y reanima al huérfano y a la viuda, mas desvía el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo de las generaciones.
Fray Luis Galindo,O.P.