La Palabra del día 01 de febrero del 2016
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:47 pm
y nadie tenía fuerza para domarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: ¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes. Porque Jesús le estaba diciendo: Espíritu inmundo, sal de este hombre. Jesús le preguntó: ¿Cómo te llamas? Él respondió: Me llamo Legión, porque somos muchos. Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: Déjanos ir y meternos en los cerdos. Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó en el lago. Los porquerizos echaron a correr y dieron la noticia en el pueblo y en los cortijos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país. Mientras se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia. El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.Reflexión. La narración de la liberación de la posesión diabólica se describe en superlativo, todo es desmesurado: los síntomas, la legión de demonios, la sanación espectacular, el número de cerdos, la negativa de Jesús a que el sanado le siga. Por otro lado, el relato está cargado de elementos del mundo pagano dominado por el maligno. Puntos para nuestra meditación:
1. Efectos. Dos efectos del mal del poseído: la fuerza sobrehumana con la que puede romper cadenas y cepos, y vivir entre sepulcros. San Marcos retrata al Maligno: tiene fuerza irresistible y conduce a la muerte.
2. Impotencia. Somos incapaces de resistir a la furia del mal. Con nuestros medios no podremos romper sus cadenas; necesitamos la fuerza del Hijo de Dios. El vino para liberarnos del mal, nuestra vida es una lucha contra el mal, bajo su bandera.
3. Cultura de muerte. Esta cultura de nuestra sociedad afecta nuestros hábitos, deseos y opciones, nos hace mucho daño. Jesús puede pronunciar sobre nosotros la palabra que nos rescata de sus garras de muerte. Su resurrección consistió en hacernos vivir de alegría. “No fue el dolor de la gente, sino su alegría lo que Cristo vino a ver. Realizó su primer milagro para contribuir al contento humano” (Dostoievsky).
- ¿Por qué Jesús no permite al hombre ser discípulo? No lo sabemos, pero aclara que no todos tenemos la misma vocación. A unos les pide vivir en comunidad de vida con El, a otros permanecer en casa. Pero a todos les envía a anunciar y a compartir la buena noticia. Ésta es la consigna de la evangelización: salir a compartir la experiencia de sentirnos amados y liberados por el Señor. Te un feliz día.
2 Samuel 15,13-14.30;16,5-13a. En aquellos días, uno llevó esta noticia a David: Los israelitas se han puesto de parte de Absalón. Entonces David dijo a los cortesanos que estaban con él en Jerusalén: ¡Ea, huyamos! Que, si se presenta Absalón, no nos dejará escapar. Salgamos a toda prisa, no sea que él se adelante, nos alcance y precipite la ruina sobre nosotros, y pase a cuchillo la población. David subió la Cuesta de los Olivos; la subió llorando, la cabeza cubierta y los pies descalzos. Y todos sus compañeros llevaban cubierta la cabeza y subían llorando. Al llegar el rey David a Bajurín, salió de allí uno de la familia de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá, insultándolo según venía. Y empezó a tirar piedras a David y a sus cortesanos -toda la gente y los militares iban a derecha e izquierda del rey-, y le maldecía: ¡Vete, vete, asesino, canalla! El Señor te paga la matanza de la familia de Saúl, cuyo trono has usurpado. El Señor ha entregado el reino a tu hijo Absalón, mientras tú has caído en desgracia, porque eres un asesino. Abisay, hijo de Seruyá, dijo al rey: Ese perro muerto, ¿se pone a maldecir a mi señor? ¡Déjame ir allá, y le corto la cabeza! Pero el rey dijo: ¡No os metáis en mis asuntos, hijos de Seruyá! Déjale que maldiga, que, si el Señor le ha mandado que maldiga a David, ¿quién va a pedirle cuentas? Luego dijo David a Abisay y a todos sus cortesanos: Ya veis. Un hijo mío, salido de mis entrañas, intenta matarme, ¡y os extraña ese benjaminita! Dejadlo que me maldiga, porque se lo ha mandado el Señor. Quizás el Señor se fije en mi humillación y me pague con bendiciones estas maldiciones de hoy. David y los suyos siguieron su camino.
Salmo 3. Levántate, Señor, sálvame. Señor, cuántos son mis enemigos, cuántos se levantan contra mí; cuántos dicen de mí: "Ya no lo protege Dios." R. Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria, tú mantienes alta mi cabeza. Si grito, invocando al Señor, él me escucha desde su monte santo. R. Puedo acostarme y dormir y despertar: el Señor me sostiene. No temeré al pueblo innumerable que acampa a mi alrededor. R.
Fray Luis Galindo,O.P.